Habrán visto al igual que yo, la tracalada de propaganda electoral que inunda la internet por estos días. Me llama poderosamente la atención la de la Secretaría de Ambiente Municipal de la Ciudad de Córdoba, y Provincial, que en claro apoyo al candidato a la gobernación, Martín Llaryora sale a festejar que fueron plantados 100.000 árboles en los últimos 4 años.
Hace ya varios años que sigo este plan de forestación de la Ciudad de Córdoba, no sin decepción y bronca. Si bien se ven árboles nuevos en las muchas obras paisajísticas del centro y en algunas plazas, basta darse una vuelta por cualquier barrio, para observar que por cuadra hay 2 o 3 cazuelas libres. Si no me creen, hagan la prueba. Hay cuadras y cuadras del centro donde directamente no hay, y que arden en verano, salvo por algún Siempreverde.
Es un número que no existe, o que no alcanza.
El plan de forestación casi no contempla árboles nativos. La temperatura global aumenta como vimos en este verano y las mejores especies adaptadas a este clima son las del Chaco Seco y Espinal. En cambio se plantan crespones, ciruelos, jacarandás, y se siguen permitiendo la venta de siempreverde y grateus. Casi todo lo que se planta no es de la provincia, y se incurren en errores gravísimos a la hora de plantar por ejemplo, pastos exóticos e invasores (cómo en los canteros de la Av. Rafael Núñez, o en la plaza Colón y Alberdi).
Unos de los íconos de esta parodia “ambiental” es el video que grabó Llaryora plantando un Chañar adulto, que seguramente no haya sobrevivido después de esa plantación, porque simplemente no son árboles biológicamente diseñados para semejante cambio.
Nada de futuro tiene este plan, mas que repetir patrones. Si no nos aggiornamos a la situación del cambio climático (mayores temperaturas, eventos extremos -sequías, inundaciones-), lo que se planta hoy es insostenible de acá a 5,10 años.
Nada de esta (in)conciencia ambiental de Unión por Córdoba es nueva. Desde hace ya varios años su marketing vacío viene machacando la conciencia de los cordobeses de la capital. Millones y millones de pesos invierte este gobierno en hacernos creer que la provincia que más desmonte y glifosato promueve en nuestras tierras acaso es compatible con algún plan de forestación de números rimbombantes pero de efectos nulos. Otro caso paradigmático es el de la nueva bicisenda de altura, que salió que lo que hubiera costado expropiar los terrenos de las lagunas colindantes a la Reserva Natural San Martín. Prioridades son prioridades.
No hay una planificación sostenible, ni futuro deseable para el pueblo en estas políticas, el único fin que importa es el electoral y la lucha “por el cargo”. Ojalá escuchen las voces que advierten sobre esto, y que cada vez son más.
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